Quizá en algún momento de nuestra vida no hemos vividos como verdaderos hijos de Dios, o pudiéramos no haber actuado en cierta circunstancia como un verdadero cristiano, incluso haber renegado de nuestra fe, la realidad es que todos pasamos por altas y bajas en nuestra vida espiritual, sin embargo es cierto que mas fácilmente uno se cansaría de pedir perdón a Dios, que Dios de perdonarnos.
Lo importante para poder permanecer fiel es reconocer nuestra propia miseria, o bien nuestra fragilidad y pedir a Jesús que nos conceda su ayuda, su sabiduría y toda la fuerza de su Espíritu para poder perseverar.
Si el Señor lo entrego todo para salvarnos, no se cansará de recordarnos su gran amor.
Espero este canto les recuerde que el amado esta cerca, basta con llamarlo y el atenderá con prontitud.
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